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La magia de las salas de cine que nunca tendrán las plataformas digitales.

La actual oferta audiovisual de las plataformas digitales es tan amplia que hoy perdemos buena parte de nuestro tiempo de ocio decidiendo qué ver entre tantas opciones de series, películas y documentales, ¿verdad? 

Es evidente que este tipo de canales online se han convertido en una opción muy cómoda para los espectadores que pueden permanecer en la tranquilidad de su hogar, además de muy asequible desde el punto de vista económico. También han servido para acercar a gran parte del público otro tipo de contenidos y para reducir (que no eliminar) el pirateo de las creaciones audiovisuales. 

Sin embargo… tú y yo sabemos que, a pesar de todos estos aspectos positivos, las plataformas de contenido audiovisual nunca podrán equipararse a la magia de las salas de cine.

Porque por mucho que hayan mejorado los equipos audiovisuales domésticos, nunca serán comparables a la experiencia que ofrecen los cines. ¿Cómo es esa emoción de entrar en la sala, que se apaguen las luces y oír ese murmullo de expectación ante el comienzo de una película? E insistimos, aunque la suscripción a las plataformas digitales es un complemento perfecto, ir a una sala de cine siempre será algo mucho más mágico y especial.

¿En qué reside la magia de las salas de cine?

¿No tienes la sensación de que cuando acudes al cine te “metes” mucho más en la película, la vives de formas más intensa y te desconectas mucho menos del contenido que cuando lo haces en casa? Pues esto se debe a algunos aspectos como estos:

1.- Tecnología audiovisual:

En el cine, no solo ves la película, ¡la vives! Las imágenes se proyectan en pantallas notablemente más grandes y de mayor calidad, y el sonido envolvente te hace sentir dentro de la historia. Es como si te transportaras a otro mundo por un par de horas. ¿Qué plataforma digital puede igualar esta magia de las salas de cine?

2.- El ritual de las salas de cine:

Da igual que vayas solo o en compañía: cada personas tiene su propio ritual cuando acude a una sala de cine. Desde tomarse un café antes a comprar las tradicionales palomitas de maíz. Y ese ritual que te lleva hasta la sala y que te hace estar expectante todo el rato, nunca podrá compararse con tumbarse en el sofá y accionar un mando a distancia.

3.- La atmósfera general:

Y luego está la atmósfera. ¿Has notado cómo el ambiente del cine puede hacerte sentir emocionado, asustado o completamente inmerso en la historia a la vez que otros? Ir al cine es una experiencia compartida. Ríes, lloras y te emocionas a la vez que otras muchas personas, aunque cada uno lo haga de manera individual. Es una comunión emocional similar a la que ocurre en un concierto o en un encuentro deportivo, con un puntito más intimista, eso sí. Y esto aún se nota más en ciclos o en festivales de cine en salas.

4.- El factor nostalgia:

Por supuesto, también está el factor nostalgia. ¿Recuerdas la emoción de ir al cine cuando eras niño? Esos recuerdos quedan grabados para siempre. Ir al cine es una tradición que pasa de generación en generación. ¿Te imaginas contarle a tus hijos sobre la primera vez que viste tu película favorita en la gran pantalla?

Es evidente que la magia de las salas de cine nunca será comparable con quedarte en casa viendo una película en una plataforma digital. Es una experiencia que va más allá de simplemente ver una película. Es una aventura, una emoción, una forma de crear recuerdos que perdurarán para siempre. Ambas opciones pueden convivir, ¡y eso es lo bueno! Pero, sin duda, todos sabemos dónde se encuentra la verdadera magia.