Ir al cine solo o sola es una actividad muy recomendable, pero muchas personas no se atreven a hacerlo. ¿Por qué ocurre esto? ¿Nos da vergüenza que crean que no tenemos con quién ir?, ¿nos resulta aburrido?, ¿necesitamos alguien con quien compartir las palomitas?
El cine y el estado de ánimo están muy relacionados. Las pelis nos hacen reír, llorar o incluso tener miedo. La propia experiencia de acudir a un cine y sentarnos en las butacas a disfrutar de un rato de cultura también nos remueve por dentro. ¿Es que ir solos nos pone tristes?
Practica el ir al cine solo
Existen personas a las que les encanta ir al cine solas, incluso salir a cenar o viajar sin más compañía que ellos mismos. Sin embargo, estas personas son una minoría, esa minoría a la que en ocasiones envidiamos porque nos gustaría hacer lo mismo, pero no nos atrevemos.
Culturalmente hemos aprendido que a ciertos lugares se van acompañado, y que ir solo/a es algo raro. Tendemos a pensar que esas personas no tienen con quién ir o son unos pringados, y eso es lo que nos da miedo que piensen de nosotros.
Por suerte, esta concepción está cambiando, aunque sea todavía minoritaria. La realidad es que animarse a hacer cosas solo/a dice mucho de nosotros mismos: es un ejercicio de mejora, de autoconocimiento, de superación. Y no debería serlo, pero en una sociedad que ve ir al cine solo como algo extraordinario, hacerlo significa ser valiente.
¿Por qué es una actividad positiva e importante?
Pasar tiempo a solas y, especialmente, hacer actividades en soledad es una forma de:
- Ser consciente de tu presente
- Tener más conciencia de ti mismo/a
- Ser consciente de cómo interactúas con el entorno sin la presencia de nadie conocido
Además, estimular tu cerebro mediante este tipo de situaciones es una fuente de seguridad en ti mismo/a que te será muy útil en otros ámbitos.
Piensa que ver una película es como leer un libro: no necesitas a nadie para hacerlo, pero siempre puedes compartir tus impresiones con otras personas una vez finalizado.
Beneficios de ir al cine solo
- Puedes disfrutar de la película a tu propio ritmo, sin negociar qué película ver.
- Puedes ir cuando tú quieras, incluso decidirlo en el último minuto o sobre la marcha. ¿Por qué no?
- Tras la película puedes reflexionar sobre ella sin la influencia de la opinión ajena, confiando en tus propias impresiones.
- Puedes emocionarte a tus anchas: llorar, reír, bostezar… Nada que demostrarle a tu acompañante.
- Puedes elegir esa peli que nadie quiere ver, pero tú sí.
- Te das cuenta de que nada es tan importante: a nadie le importa con quién vas, a ti te da igual con quién van los demás.
- Te sientes como si fueras un crítico/a de cine, y eso es muy divertido.
Y la razón más importante: una vez que des el paso de ir al cine solo, descubrirás que es uno de los mayores placeres de la vida. Anímate a dar el paso, piensa que la primera vez es una sola en la vida, que va a durar apenas dos horas en total, teniendo en cuenta que el nerviosismo inicial no va a llevarte más de cinco o diez minutos.
El próximo día que tengas un rato, estés aburrido/a y no sepas qué hacer: no le des muchas vueltas, saca una entrada y elige esa butaca que tanto te gusta, disfruta de ese rato para ti con tus palomitas y tu refresco, y descubre un mundo nuevo. Una vez que empieces a hacer cosas solo, ya no querrás parar. Te lo prometemos.