El cine es cultura y una gran herramienta para llegar a multitud de personas que solo tienen en mente salirse de su mundo rutinario habitual para disfrutar de una película. Lo que buscan es placer y evadirse, por lo que valoran de manera grata el hecho de ver una película que cumpla con sus expectativas.
Acudir a una sala de cine es una gran experiencia y hay que tratar de aprovecharla. No tiene nada que ver percibir todas las sensaciones de un largometraje en un espacio completamente adecuado para ello que en casa, un rincón en el que ya pasas muchas horas de tu vida. Si eres de los que van al cine con frecuencia, vamos a hablar sobre qué emociones aparecen al ir al cine. ¿Cuáles son las tuyas?
¡Aquí tienes qué emociones aparecen al ir al cine!
1.- Expectativa e ilusión:
Estamos hablando de antes de ir a la sala de cine. Siempre es bonito ese momento en el que uno se para a mirar la cartelera y descubre la cantidad de opciones que hay disponibles. Siempre genera emoción e ilusión cuando te encuentras delante de todas las películas disponibles y tienes que elegir aquella que crees que más te va a gustar o convencer. Comienzas a hacerte una idea de lo que puedes encontrarte con el largometraje y eso es algo que activa todos tus sentidos. Intenta disfrutar de este tiempo que se convierte en algo previo a la experiencia en sí. Va a hacer que esta última también mejore sustancialmente.
2.- Placer y disfrute:
Si seguimos profundizando sobre qué emociones aparecen al ir al cine, es inevitable hablar de lo que uno busca al ver una película determinada. Lo que se pretende es que guste y, cuando es así, el tiempo pasa muy rápido y eso es buena señal. Si no eres capaz de despegar los ojos de la pantalla porque te está encantando lo que ves, es que se ha hecho un buen trabajo. Eso sí, hay buenas películas que, quizá, no se adapten a tu personalidad y eso no quiere decir que sean malas. Al final, ver un largometraje que te maravilla es de las mejores cosas que te puede ocurrir. Será inevitable que lo comentes con tus amigos, familiares o pareja. Ese análisis que llega después también merece mucho la pena y forma parte de esa sensación placentera que te ha dado ir al cine.
3.- Relajación:
Independientemente de la película que vayas a ver y del género de la misma, lo que está claro es que ir al cine es una experiencia en la que uno se encuentre completamente relajado. Piensa que estás sentado en una butaca cómoda y disfrutando de algo que tú mismo has elegido. ¿En cuántas ocasiones puedes hacer eso? No son tantas, especialmente si eres una persona que cuenta con muchas obligaciones a diario, ya sean laborales o familiares. Cuando entras en la sala te evades de todo eso que te inquieta y solo te centras en divertirte. Es muy importante hacer actividades que te hagan ser más feliz y contar con un estado de ánimo óptimo. Por eso, cada cierto tiempo, vete al cine. Piensa que es un dinero invertido en encontrarte mucho mejor.
4.- Reflexión:
Seguimos con qué emociones aparecen al ir al cine y nos encontramos con ese espacio de tiempo que tienes para encontrarte contigo mismo. Como has escogido algo que, a priori, vas a disfrutar, es más fácil que puedas ir haciéndote preguntas sobre lo que estás viendo y cómo te estás encontrando. Si eres capaz de hacer un análisis del largometraje que estás viendo y cuestionarte sobre lo que sientes en ese momento, estás creciendo. Por otro lado, si no te gusta lo que ves, también puedes dar el paso de tomarte unos minutos para evaluarte a ti mismo en un lugar en el que suele existir bastante intimidad. Aprovecha para conocerte más a ti mismo.
Todo esto que te hemos contado es a nivel general, pero recuerda que muchos de los sentimientos que experimentes van a depender del tipo de película que veas. Hay muchos géneros y cada uno transmite cosas diferentes.